15 ene 2011

"ENSEÑAMOS MÁS LO QUE SOMOS, QUE LO QUE SABEMOS"


Todo profesional del sector deportivo tiene una historia personal, una realidad familiar, una formación determinada... en definitiva un pasado y un proyecto futuro como casi todas las personas. Cada uno tiene unas cualidades y actitudes que lo diferencian de los demás. De esta manera podemos establecer, más que un ideal de preparador físico deportivo, sí una identificación de cómo debería ser, qué actitudes debería manifestar y qué formación debería poseer. Al hablar de características que definen a un preparador físico deportivo no se quiere decir que sea una persona que tenga que reunirlas todas pero las cualidades comunes de todo preparador físico deportivo para que haya consonancia entre su actuación y lo que se pretende conseguir con los destinatarios.


Diferenciaré actitudes en dos ámbitos :


En el ámbito personal...


La actuación del preparador físico deportivo está llena de características intangibles, difíciles de formalizar y que no son mesurables, pero son estas características las que desempeñan un papel crucial en la realización de su tarea. Estas características en el ámbito personal podrían ser:

•Ser positivos y optimistas no dejando lugar posible al pesimismo. Las actitudes derrotistas no deberían tener cabida en el perfil de un preparador físico deportivo.

•Asumir una responsabilidad puesto que se va a trabajar con personas. Esta responsabilidad puede ser de varios tipos dependiendo del ámbito donde desarrolle la actividad, así pues podría ser de seguridad, si trabaja con niños o ancianos, de prevención de riesgos, de salud, formativa o educativa...

•Poseer una actitud de apertura y de disposición al cambio y a la evolución para adaptarse.

•No debe dejar de profundizar y ampliar su visión personal de la realidad que le rodea, es decir, tiene que observar continuamente.

•Ser comunicativo y receptivo y no dejar de escuchar activamente, prestando atención, utilizando silencios, eliminando distracciones buscando el acuerdo y evitando la ambigüedad. Estar dispuestos siempre al diálogo sin imposición del propio punto de vista y considerando todas las aportaciones propiciando que los practicantes puedan poner en práctica sus propias iniciativas. Ser pacientes. Esta actitud nos conducirá a ponernos en el lugar del otro y a dirigir nuestro interés hacia el practicante de una manera más personalizada y acorde a la realidad que vive de esta manera haremos uso de la empatía.

•Orientar nuestros gestos, tonos o adornos a que favorezcan y apoyen nuestro comportamiento no verbal, porque al igual que nosotros“leemos” a quienes nos rodean, somos continuamente “leídos” por los demás
.
•Favorecer la participación y la interacción de los practicantes, dejándoles tiempo para hablar, organizando actividades en grupos pequeños, dándoles responsabilidades organizativas por las que los distintos miembros puedan sentirse más implicados y que puedan sentir la actividad o el programa como “suyo”.

•El preparador físico deportivo debe ser una persona equilibrada mental y emocionalmente, sin altibajos en su personalidad, que sepa controlar sus emociones y controlar sus actos. Por lo que debería poseer una madurez personal en el sentido de estabilidad psíquica.

•La capacidad de crítica y auto crítica. Con esto no se quiere decir que se sea un criticón, sino que valore todo en su justa medida empezando por uno mismo.

•Debe ser una persona asequible y disponible que pueda resolver cualquier tipo de duda o de miedo.

•Debe transmitir confianza para que el practicante sienta que lo que realiza le está sirviendo para algo y que es capaz de hacerlo, para sentirse apreciado y respetado y tener la sensación de que alguien se está ocupando de él. La confianza debe manifestarse mutuamente y ser por tanto bi-direccional, de esta manera el preparador debe confiar en las potencialidades del destinatario para conseguir resultados positivos.

•Ante todo debe ser motivador y entusiasta. Cuando la actividad que se está realizando está siendo agradable crea motivación y esto hace que haya más asistencia, más continuidad, y en general más satisfacción.

•Ser un animador nato porque la creencia de los participantes sobre su propia eficacia, su eficiencia, su autoestima... ejerce un efecto enorme sobre su propia actuación e implicación en la actividad, por lo que su amor propio estará muy influido por la actitud del preparador físico deportivo. Con lo que no basta con tener buenas intenciones, hay que demostrarlas.

•Manifestar coherencia entre la forma de pensar y de trabajar. Si se pretende ser participativo, la forma de trabajo no puede ser en ningún caso dirigista o dictatorial.



En el ámbito de funcionamiento...


Existe otro grupo de características que se manifestarán en el funcionamiento de la actividad y que son elementos que sobre todo están en consonancia directa con su formación.

•Es fundamental e imprescindible estar en posesión de una sólida y buena formación para poder desarrollar su labor correctamente y aportar ante todo calidad. Esta formación puede y debe ser de dos tipos, una reglada a través de cursos y otra que se irá adquiriendo con la experiencia al incorporarse en el lugar de trabajo. En este segundo tipo se puede aprender mucho del equipo de profesionales donde el preparador físico deportivo se incorpore. Trabajar en equipo facilita y enriquece enormemente la actividad a realizar.
No hay que olvidar que la formación debe ser continua y que nunca nos debemos anclar en los conocimientos adquiridos en un momento dado, con lo que el reciclaje es fundamental para fomentar aspectos creativos e innovadores en nuestra tarea.

En la formación del preparador físico deportivo hay grandes contenidos prácticos, de técnicas y de recursos, pero de nada sirven si no están asentados en una base teórica y científica.

•El preparador físico deportivo debe tener claros sus objetivos para que trabaje dentro de un marco de actuación determinada. Esos objetivos estarán marcados por el coordinador del equipo de trabajo donde se incorpore y deben estar en consonancia con su profesión. En el caso que deba ser él mismo quien marque los objetivos debe tratar que sean atractivos y alcanzables y además debe tratar de alcanzar estos objetivos por medio del diseño de sesiones de trabajo variadas, atractivas y divertidas.

•Se debe tener muy en cuenta el entorno y el ámbito global en donde se trabaja, disponiendo de un programa claro para saber donde se inserta la actuación del preparador físico deportivo.

•Es preciso conocer a los diversos grupos, colectivos, individuos o entidades que trabajan de una forma similar para intercambiar experiencias que enriquezcan nuestra labor.

•Para actuar pedagógicamente de una forma correcta, es bueno conocer de forma objetiva cuales son las características psicológicas y el perfil de los destinatarios, así como saber realizar un análisis de su entorno para poder determinar los factores influyentes de nuestra labor.

•No está de más tener capacidad para trabajar en equipo así como para planificar y elaborar proyectos.

•Tener un método de trabajo útil, adecuado, sistemático y adaptado a la realidad para que sea nuestra herramienta básica de trabajo que nos haga evitar la intuición y la improvisación.

•Llevar a cabo una evaluación objetiva donde se valore la realización de los objetivos marcados y la atribución de las actividades propuestas para alcanzar los objetivos; donde se analice si las diferentes acciones que estamos realizando funcionan tal y como las habíamos previsto o planificado y si están realmente adaptadas al destinatario; donde se valore nuestra propia actuación, los recursos utilizados, las actividades propuestas, las instalaciones, los horarios... La evaluación es un proceso necesario en cualquier intervención social que nos permite mejorar.