25 ene 2011

DEPORTE Y SALUD

Los distintos avances técnicos en nuestra sociedad han inducido al hombre moderno a una elevada y peligrosa inactividad física. Paralelamente a este incremento del sedentarismo, se han observado incrementos de patologías cardiorespiratorias, metabólicas y psíquicas. Hoy en día existen suficientes estudios científicos que evidencian la relación entre inactividad y el deterioro fisiológico, orgánico y psíquico del cuerpo .
Sin embargo, hay que señalar que no se ha podido demostrar que la actividad física prolongue la vida; incluso hay indicios para afirmar que determinados niveles deportivos, los de alto rendimiento, no aportan beneficios en términos de longevidad. Incluso una actividad física inadecuada a la persona, la perjudica en términos de salud. No obstante, los especialistas en salud están totalmente de acuerdo en que un ejercicio físico adecuado y seguido con regularidad a lo largo de la vida de un individuo, es el elemento esencial que proporciona ostensiblemente un incremento de la calidad de vida de la persona, es decir, proporcionan un equilibrio funcional de los órganos del cuerpo en un estado tal que el individuo presenta vigor, bienestar y resistencia a ciertas enfermedades.
En definitiva, el ejercicio físico es uno de los factores beneficiosos para la salud corporal y social, porque aun cuando no se garantice una vida más larga, sí garantiza la calidad de vida al retrasar el deterioro de la salud motivado por el envejecimiento y el estilo social de vida.

FACTORES DE RIESGO PARA LA SALUD

Existen una serie de factores de riesgo que son independientes de nuestra voluntad. Estos son los localizados en el genoma humano, los cuales son hereditarios. Son factores de tipo morfopsicológico o biotipológico.
Pero hay otros factores, propios de nuestra actual sociedad moderna. Estos van desde las características inapropiadas de ciertos trabajos, el sedentarismo generado por estos y la forma en que empleamos el ocio, hasta los hábitos alimenticios desequilibrados, u otros insanos como el alcohol, el tabaco o las drogas. Estos factores los podemos considerar dependientes de nuestra voluntad.
La combinación de ambos factores, provoca problemas actuales, como son la obesidad, que si bien puede ser funcional o estructural, permite ser controlada racionalmente mediante una dieta equilibrada y una actividad física moderada. O trastornos como la hipertensión arterial, condicionada por una mala alimentación, el consumo de tóxicos, así como por el stress generado por el trabajo u otras variables de la vida. Esto afecta, de modo genérico a los diversos parámetros sanguíneos: exceso de glucosa, colesterol, triglicéridos, ácido úrico, creatinina entre otros.

Funcionamiento cardíaco

La práctica deportiva en condiciones inadecuadas o el sobreentrenamiento pueden tener repercusiones nefastas sobre el funcionamiento cardíaco. La adaptación del corazón supone un aumento de la cavidad cardíaca, por el engrosamiento del miocardio. Pero una hipertrofia miocardíaca o una dilatación excesiva de la cavidad son peligrosas para la salud (es importante no sobrepasar una masa cardíaca crítica de 500 g.). Esto genera una falta de irrigación y una disminución en la diferencia de presión arteriovenosa, que provocan episodios hipóxicos o anóxicos. Estos problemas, en definitiva, pueden estar causados por un exceso de trabajo de resistencia sobre un corazón poco preparado para este tipo de trabajo.

Resfriados

Usamos este término para cubrir diversas infecciones respiratorias. En general, se transmiten por contacto directo o a través del aire, por ejemplo en los estornudos. Ante estas infecciones, debe consultarse con el médico si:
•Los síntomas y la fiebre duran más de 4 días
•La temperatura vuelve a subir después de haberse normalizado
•El paciente tiene dolor torácico o dionea
•Aparece tos productiva
•Existe dolor en senos, oídos, etc.

Como consejo general, no debe reiniciarse la actividad deportiva hasta que se hayan resuelto todos los síntomas y la temperatura se haya normalizado, como mínimo durante una semana.

Anemia y déficit de hierro

La capacidad del organismo para transportar oxígeno es uno de los factores que determina la resistencia física. El oxígeno es transportado por la hemoglobina y esta necesita del hierro para su formación. Las personas sometidas a ejercicios prolongados y agotadores pueden desarrollar cierto grado de anemia. Una de las razones de este desarrollo es que los hematíes pueden destruirse más rápidamente de lo normal por el efecto mecánico del contacto repetido de los pies con una superficie dura durante la actividad física. Cuando un individuo desentrenado empieza a entrenarse duramente, produce un aumento del número de hematíes y un mayor volumen muscular, y el aumento de esta demanda de hierro puede producir una ligera deficiencia del mismo.
Los jóvenes suelen tener una cantidad pequeña de hierro almacenada en el cuerpo. Las condiciones impuestas por el crecimiento activo en combinación con las actividades deportivas significan que se deberían considerar como un grupo de alto riesgo de anemia. Los jóvenes almacenan pocas cantidades de hierro, por lo tanto en los individuos menores de veinte años es normal un nivel de ferritina sérica bajo. El médico examinador debe tener la experiencia para poder decidir si una aparente deficiencia de hierro es o no realmente significativa.
La mejor forma de evitar el déficit de hierro es seguir una dieta equilibrada, incluyendo carne y pan en proporciones adecuadas. No es necesario, en condiciones normales, la ingestión de suplementos, ya que estos no aumentan el nivel hematocrito ni benefician el rendimiento físico. La mujeres con reglas abundantes (por tanto con grandes pérdidas de hierro) y los atletas más jóvenes deben ser examinados regularmente. El 40% de las mujeres en edad de tener niños sufren insuficiencia de hierro.

Dopaje (el doping)

El doping está prohibido. El doping, según el comité de educación extraescolar del Consejo de Europa (1963) es la administración a una persona sana, o la utilización por ella misma y por cualquier medio, de una sustancia extraña al organismo o de una sustancia fisiológica en cantidades o por vías anormales, con el único fin de aumentar artificialmente y de forma ilegal el rendimiento de esta persona cuando participe en una competición. Asímismo, ciertos procedimientos psicológicos creados con el fin de aumentar el rendimiento deportivo-físico del atleta pueden considerarse doping.

El objetivo del doping es esconder las señales naturales de la fatiga provocadas por las actividades físicas. Si un deportista está dopado, no nota estas señales y puede sobrepasar sus límites fisiológicos El doping:

•Golpea al deporte en su mismo corazón
•Ignora el fundamento ético y humano del deportista y de la actividad física recreativa y de alta competición
•Destruye los beneficios buscados con la práctica del deporte, conduciendo al envilecimiento de la persona. Con la práctica del doping se utiliza al deportista, se le manipula y se le transforma en instrumento, con un objetivo que no es su desarrollo integral en la libertad y en la dignidad
•Al tratar de mejorar artificialmente las cualidades deportivas, va en contra de una competición justa y equitativa
•Es contrario al principio de que el deporte debe ser una actividad sana.